jueves, 1 de agosto de 2013

'La cocinera del presidente' y la mantequilla

La cocinera del presidente, un homenaje a la cocina tradicional francesa. Tras ver esta película sientes la necesidad de rebuscar en los libros de cocina francesa, un poco olvidados en mi estantería con la salvedad del solomillo envuelto en hojaldre del otro día, y llevar a la práctica alguna de las recetas que aparecen en el largometraje. 

Platos tan elaborados como la col con salmón, la pularda rellena o esos postres con cremas imposibles de montar y puestas en escena más propias de la comida de Navidad salpican todo el filme. Es una delicia que en hora y media exacta proyecten infinidad de platos que, por qué no, puede ser el momento de atrevernos con ellos.

No obstante, creo que la película cierra con una feroz crítica para la cocina tradicional gala. Cuando el presidente Mitterrand debe ponerse a régimen, son desbancados muchos de los menús que han pasado por su mesa. Las cremas, las salsas y las mantequillas... que suelen regar la mayoría de los platos dejan de ser protagonistas del trabajo de la cocinera y su ayudante, que por supuesto logran elaborar platos más sanos. 

Este giro me dejó un sabor amargo de las viandas vecinas. Cierto es que no soy muy amiga ni de la nata ni de la mantequilla, pero todavía tengo la curiosidad de adentrarme en sus recetas de primera mano y ver si son tan elaboradas y meritorias como la fama que las precede. 


 

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